Durante la jornada técnica sobre caña de azúcar que organizaron la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y la asociación de Cañeros Unidos del Este (CUE), Luis Alonso, de la sección Agronomía de la Caña de Azúcar de la entidad agrocientífica disertó sobre fertilización y nutrición en este cultivo. Resaltó la importancia de implementar estrategias adecuadas para garantizar producciones rentables y sostenibles a lo largo de los años del cultivo.

Explicó que la fertilización nitrogenada es fundamental, ya que el nitrógeno es el nutriente más deficitario en todos los suelos agrícolas, y su correcta aplicación es clave para alcanzar altos rendimientos. Aseguró que en socas jóvenes, más del 80% de las aplicaciones de nitrógeno ofrecen respuestas positivas, y en socas más viejas, el 100% de los casos presenta mejoras significativas en la producción. Asimismo, subrayó que otros nutrientes, como el fósforo y el potasio, también pueden ser necesarios dependiendo de las condiciones del suelo, por lo que recomendó analizar el suelo para optimizar las decisiones de fertilización.

Uno de los puntos más relevantes de la charla fue la presentación de alternativas sostenibles a la fertilización tradicional, como los biofertilizantes y bioestimulantes. Alonso describió los primeros como productos que contienen microorganismos benéficos vivos, capaces de mejorar el crecimiento de las plantas mediante mecanismos como la fijación biológica del nitrógeno, la solubilización del fósforo y la producción de fitohormonas. Esto no solo resulta en un mayor desarrollo radicular y aéreo, sino también en una mejor absorción de agua y nutrientes, lo que potencia la resistencia de las plantas ante condiciones adversas, como el estrés hídrico y la presencia de microorganismos fitopatógenos.

Herramienta eficaz

Además, los bioestimulantes, compuestos por sustancias como aminoácidos y extractos vegetales, se presentan como una herramienta eficaz para mejorar el crecimiento y el desarrollo de las plantas, para aumentar la eficiencia en el uso de nutrientes y para estimular la producción de hormonas vegetales.

Detalló que estos productos permiten una recuperación más rápida tras situaciones de estrés y ayudan a reducir el uso de fertilizantes químicos, lo que se traduce en una producción más sostenible y con menor impacto ambiental.

Finalmente, destacó que los ensayos realizados con estas alternativas de fertilización han mostrado resultados alentadores, tanto en caña planta como en caña soca, alcanzando rendimientos culturales similares o superiores a los obtenidos con fertilizantes tradicionales, pero con menores costos y un mejor retorno económico para los productores. “Las nuevas prácticas también contribuyen a prolongar la longevidad de los cañaverales y permiten mantener niveles rentables de producción, incluso en socas más viejas, si se complementa la fertilización con estos productos biológicos”, subrayó el experto.